Que la historia real se puede
novelar, no cabe duda, y es lo que el autor ha hecho en lo relatos que, con el
título de La otra cara del olvido, comenzaron como ensayo para narrar las
vicisitudes de sus antecesores canarios, desde que salieron a finales del siglo diecinueve de su amada isla de Tenerife y de su pueblo Icod de los Vinos para
trasladarse a otra isla: Cuba, a trabajar vivir y morir. Cuatro generaciones se
encuentran aquí: hijos, nietos, bisnietos y tataranietos han escuchado estas
historias narradas por sus padres, abuelos y se reúnen aquí para salvar a esos
buenos canarios emigrantes para que no caigan en el fondo del olvido.
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